

Estación Central
El primer edificio de la Estación Central, fue erigido en 1857 y estaba compuesto por una pequeña estructura de tres volúmenes. En 1885 se crea la Empresa de Ferrocarriles del Estado y con ello, se construyen dos nuevas edificaciones a los costados de la estación, además de una torre central, contiguas al edificio original. Su icónica bóveda metálica se instaló recién en 1896 y fue construida por la empresa francesa “Schneider Co. Creusot”.
En 1903 se inaugura la Plaza Argentina, originalmente concebida como un gran estacionamiento para coches, pero que pronto se transformó en un emblemático lugar de reunión y encuentro.
El barrio Estación se colmó de tiendas, conventillos, hoteles, fondas y prostíbulos, convirtiéndose en un lugar versátil y estridente, que fue descrito por el escritor Francisco Coloane como “un puerto rumoroso de bocinazos, chirridos de rieles y voces de llamado”. Joaquín Edwards Bello, autor de la novela El Roto, refrendaba esta idea, al definirlo como un “barrio hirviente, lleno de ruido de las máquinas, los motores, la gritería de los pilluelos y vendedores ambulantes”.

Desde 1980 hasta la actualidad, la Estación Central y sus inmediaciones se han convertido en uno de los hitos comerciales más relevantes de la ciudad, conservando su espíritu populoso, acaso caótico, con el que siempre fue caracterizado.